Un alojamiento familiar y ecológico que empodera la comunidad local.

Svanir Wilderness Ecostay, enclavado en medio de paisajes rurales a las afueras de Bhubaneswar, en la costa este de la India,  ofrece una experiencia única a los entusiastas de la naturaleza que buscan un retiro sostenible y envolvente. Indrani Mukherji, Co-fundadora, nos cuenta  la historia de este alojamiento familiar para dar apoyo a la mujer local.

El estado de Odisha siempre ha estado eclipsado por Bengala Occidental y no ha sido visitado por viajeros exigentes y amantes de la naturaleza debido sobre todo a la escasez de infraestructuras. El homestay, inspirado en Shantiniketan, ofrece a los visitantes la oportunidad de reconectar con la naturaleza sin dañar la tierra : un área repleto de flora y fauna.

¿Qué tiene de especial este alojamiento?

“Queremos animar a los lugareños a abrir sus casas y convencer al Gobierno y a los promotores de que este tipo de alojamiento, cerca de parques nacionales, monumentos históricos, playas y lugares de interés, puede conectar zonas remotas y ponerlas en el mapa de los viajes”, nos confiesa Indrani.

Svanir, la casa de familia, tiene cuatro cabañas construidas como casas tradicionales de Santhal, rodeadas de más de 1.000 árboles en una parcela de un acre. La gestión de este alojamiento ayuda a mantener a seis familias de la aldea y la idea es seguir creciendo. Es un espacio seguro para cualquier viajero que busque un santuario creativo o meditativo, comida casera reconfortante, un ambiente hogareño y naturaleza salpicada de flores, árboles y animales.

Lamentablemente, el ciclón Fani y dos años de Covid han mermado sus ánimos. Pero les orgullece decir que, incluso en el punto álgido del brote de COVID, sus huéspedes confiaron en ellos y los viajeros nobeles que buscaban una escapada tranquila, les mantuvieron ocupados. Lo pasaron mal como familia, pero el apoyo de la comunidad les sacó adelante.

El covid puso patas arriba muchos negocios, especialmente sectores terciarios como el de los viajes. Nómadas digitales varados en el extranjero, despidos masivos y un vacío total en temporada alta eran escenarios que nadie había previsto. Mientras muchas empresas cerraban, otras cambiaban de marca, se adaptaban y se volvían ágiles.

En la mayoría de los casos, las transiciones causaron mucho dolor, pero también hubo algunas sorpresas agradables e inesperadas: Menores niveles de contaminación, ríos más limpios y mejores niveles de higiene entre las masas en general. Las pautas de viaje también cambiaron, ya que los viajeros comenzaron a interesarse por destinos al aire libre y basados en la naturaleza, como parques nacionales, playas y montañas, donde la gente podía evitar las aglomeraciones y disfrutar del aire fresco. Los turistas exigieron políticas de reserva y cancelación más flexibles en aerolíneas, hoteles y alquiler de coches, que también se convirtieron en la norma.

El espíritu ecológico está presente en todos los aspectos de este alojamiento, desde su diseño arquitectónico hasta sus prácticas operativas  como:

•  La recogida de agua de lluvia.
• El reciclaje de aguas grises en el jardín.
• La agricultura ecológica.
• El  el uso mínimo de plásticos.
• La utilización del sistema tradicional de cubo y taza en los cuartos de baño. 

Al alojarse en Svanir, los huéspedes se convierten en catalizadores de un cambio positivo en la comunidad local. Colaboramos activamente con los pueblos cercanos, creando oportunidades de empleo y apoyando a las empresas locales. Todas las mujeres que trabajan para nosotros son de la aldea de al lado.

Indrani Chakraborty

En Svanir, esperamos atraer a estos viajeros de la nueva era que quieren explorar, sumergirse e interactuar con la comunidad local. Nos encanta que los viajeros nos dejen a nosotros la planificación del itinerario. Además de ayudar indirectamente a la aldea empleando a trabajadores comunitarios, también animamos a los huéspedes a contribuir directamente con los aldeanos. Una de las actividades que sugerimos es la escuela de la aldea.

Tradicionalmente, la interacción con la escuela de un pueblo se limita a que los invitados pasen por la escuela y tal vez entreguen algunos libros y artículos de papelería.

Pero queremos que los huéspedes tengan una experiencia más significativa con nuestra escuela.

Aparecer sin avisar con unos cuantos regalos no hace más que perturbar las clases. Creemos que, tradicionalmente, la forma en que se interactúa entre invitados y escolares carece del beneficio mutuo y el respeto que merecen estos establecimientos.

Nosotros, preferimos proceder así: con mucha antelación, colaboramos con la escuela Ashram del pueblo para organizar una “salida de chicas”. Nuestro proceso de selección también es un poco diferente. Queremos dar las mismas oportunidades a todas las chicas, no sólo a las más destacadas académicamente. La última vez que organizamos un acto de este tipo, pedimos expresamente al director del pueblo que enviara a las chicas que no iban bien en clase.

El día del evento, llevamos a Svanir a alumnos de entre 6 y 8 años. Creo que la escuela del pueblo también espera estos días, ya que los profesores también tienen un día libre. Las chicas que trabajan en Svanir se han graduado en la misma escuela, así que estos niños las conocen y no tienen que ir acompañados de su profesor.

Para los invitados, es una sensación maravillosa ver a los niños burbujeando de emoción y disfrutando. Primero, un cuentacuentos profesional les transporta al país de los sueños y les explica por qué es importante proteger la flora y la fauna de su entorno. Tras la narración, los niños se ensucian las manos con colores y crean obras de arte relacionadas con la historia que acaban de escuchar. La sesión del día termina con una demostración de cómo lavarse las manos. Por último, después de un día tan enriquecedor, las niñas almuerzan, que se prepara en la propia escuela. A la salida, se les entrega material de papelería y un paraguas (un regalo práctico para la estación de los monzones) y se les deja de vuelta en el pueblo. Sus sonrisas son probablemente el mejor regalo que reciben nuestros huéspedes.

Un aspecto tan relevante o más aún que el ecoturismo es la gran oportunidad que un viajero puede ofrecer a un destino que diseña una experiencia cultural o gastronómica. Las mujeres de Svanir estarían encantadas de organizar más sesiones de este tipo para huéspedes que quieran devolver algo a la comunidad de una forma más significativa.

Por otro lado, también quieren promover Odisha como destino turístico ya que, aunque tiene mucho que ofrecer, no se destaca adecuadamente como destino turístico para el mundo.

Bhubaneswar está perfectamente situada para visitar el popular lugar de peregrinación y destino de playa de Puri y el impresionante Templo del Sol de Konark, ubicado en la costa oriental del subcontinente indio, es uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura y el arte de los templos, como revelan su concepción, escala y proporción, y la sublime fuerza narrativa de su ornamentación escultórica. Es un testimonio sobresaliente del reino de Orissa del siglo XIII y un ejemplo monumental de la personificación de la divinidad, formando así un eslabón inestimable en la historia de la difusión del culto a Surya,el dios del Sol.

Pero además de limitarse a visitar estos lugares de interés, la comunidad de Svanir se asegura de que sus clientes interactúen con los artistas y comunidades locales.

También se ofrece la visita a Raghurajpur: El pueblo de Odisha de los pintores Pattachitra

“Cuando visitan Puri, animamos a los clientes a parar en la aldea artesana de Raghurajpur. En esta pequeña aldea viven unas 100 familias que realizan obras de arte como Pattachitra (pintura sobre hojas de palma), máscaras tradicionales, ídolos de piedra, papel maché, esculturas y juguetes de madera. Los clientes interesados también pueden probar a grabar en las hojas de palma”, nos relata Indrani.

En este pueblo de artesanos, a sólo 15 km de Puri, cada casa es un estudio y cada aldeano un artista. Las pinturas de Pattachitra, con temas religiosos y tribales hechas sobre un trozo de tela, son una especialidad. Los artesanos también hacen una gran variedad de otros artículos, como grabados de hojas de palma, cerámica, tallados en madera y juguetes de madera. Muchos incluso han ganado premios nacionales por su trabajo.

En invierno, llevamos a los clientes a explorar los humedales de Manglajodi que fue en su día un pueblo de cazadores furtivos, que cazaban aves tanto para el consumo como para el comercio. El resultado fue una rápida disminución de la población aviar de la zona, donde la necesidad de sustento de los aldeanos primó sobre la protección y sostenibilidad de los humedales. Para revertir el agotamiento del ecosistema, la población local recibió formación y empezó a ganarse la vida con actividades relacionadas con el ecoturismo, y los antaño cazadores furtivos se han convertido en protectores.

“Al incorporar estas experiencias de inmersión a nuestros itinerarios, proporcionamos a nuestros clientes un conocimiento más profundo de la cultura local, fomentamos el turismo sostenible y apoyamos los medios de subsistencia de las comunidades de la región. Es una forma estupenda de hacer que tu viaje sea más significativo e impactante”, nos comenta Indrani.

Pero este proyecto, que liga la aldea y una experiencia de viaje donde reconectar con la naturaleza, a la vez que vives una experiencia única con la cultura y la exclusividad que nos ofrece alojarse en una casa particular y ecológica, no hubiera sido posible sin la inspiración y pasión de Indrani Chakraborty y su marido, Soumya Mukherji, quienes dirigen esta estancia ecológica. La tranquilidad y la comida local de esta apartada casa de familia, cerca de Bhubaneswar, lo convierten en el lugar perfecto para comenzar o terminar su viaje.